viernes, 10 de diciembre de 2010

Mamá, de mayor quiero ser una princesa...¿encontraré a mi príncipe azul?

Todos conocemos los cuentos infantiles de Disney:
La sirenita
Cuenta la historia de una sirena hermosa de voz dulce, que se enamora a primera vista de un joven capitán a quien rescata de un naufragio. Conmocionado por el accidente, cuando el capitán despierta, la confunde con otra mujer, a quien le propone casamiento. La Sirenita, entonces, consulta a una bruja mala, quien le da un par de piernas de mujer a cambio de su bella voz, bajo la advertencia de que podrá recuperarla sólo si logra que el capitán se enamore de ella.


La bella durmiente
En la Bella Durmiente, la protagonista es una hermosa princesa víctima de un embrujo. Un hada maligna la condena a permanecer dormida durante cien años, y un hada buena, para ayudarla, modifica ese hechizo para que se despierte cuando un joven príncipe se enamore y la bese.



Cenicienta
Una joven hermosa es obligada a servir como esclava a su madrastra y a sus dos hijas feas, hasta que un día con la ayuda de un hada madrina, -que le da un vestido y un carruaje hasta las doce de la noche- asiste a un baile en el palacio real, en donde conoce al príncipe del reino, quien la rescata de su familia y la lleva a vivir con él.





Todos estos cuentos son similares, contienen la misma tónica: la vida de la mujer no tiene sentido sin el hombre. La mujer no tiene sueños ni ambiciones, está anclada en su situación esperando a que un príncipe la rescate o la devuelva a la vida con un beso.
Al leer estos cuentos, los niños se forjan la idea de que siempre tienen que salvar a las chicas de su vida y las niñas aprenden a no ser independientes, aprenden que su vida tiene que girar en torno al hombre.

Un cuento que no predica esta idea es Shrek.
Cuenta la historia de un ogro verde, con aspecto horripilante, que no tiene más remedio que vivir la soledad en una cabaña en el medio de un bosque, y que por ello se convierte en un ser duro, frio, y que resiste incluso a aceptar la amistad de un burro.
Shrek provoca un cambio de mentalidad, nos hace conocer el otro lado de la fealdad, y propone que la belleza no sea un factor determinante para el enamoramiento.

No veo nada malo en que los niños lean estas historias, yo también disfruté con ellas, pero se les debe explicar que sólo son fantasías, que la vida es una realidad completamente distinta a como la pintan en los libros.

 !Hay que evitar que las niñas se sientan unas princesas desencantadas¡

¿Vivieron felices y comieron perdices?

2 comentarios:

  1. Muy buena la entrada y muy buena la foto. Hoy ya no hay princesas de cuento y es verdad que las niñas deben aprenderlo. Un saludo

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  2. Cuanta razón llevas! y no sólo los cuentos, todo en la sociedad está impreganoda con ese "halo" de perfección artificial: los anuncios de la tv, las películas, las canciones, todo está dirigido a manipularnos y diriginos. Ellos han de ser super-hombres sin defectos y triunfadores y nosotras débiles, sumisas, mujeres-multitareas y sobre todo dependientes!TODOS A REBELIÓN¡
    Saludos! Susana

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